En su edición de este domingo, Diario de Navarra publica el siguiente artículo de opinión suscrito por Maite Esporrín, bajo el Título "El mal perder de Asiron", que reproducimos a continuación:
"La tarde del sábado 15 de junio plasmó la única conclusión clara que la noche electoral nos había dejado en Pamplona: la segura pérdida de la alcaldía por parte de Asiron. Estaba claro que Navarra+ no le iba a apoyar. Y quien me conoce no dudó ni un solo instante que el PSN cumpliría en Pamplona lo que antes, durante y después de la campaña había anunciado: que en ningún caso apoyaríamos la continuidad de Asiron como alcalde, como tampoco la vuelta de Maya al frente del Consistorio, y que los concejales y concejalas socialistas votaríamos mi candidatura. En el caso de Asiron, por una cuestión de principios éticos e institucionales. Y en el de Maya debido a que, a las diferencias ideológicas existentes con su partido, se unía el hecho de que UPN hubiera optado por concurrir a las elecciones en coalición con el PP, adversario natural del PSOE, y con Ciudadanos, partido que amenaza con poner coto al régimen foral que fundamenta el ordenamiento institucional de Navarra.
La posibilidad, poco probable pero no imposible, de que EH Bildu acabara apoyando mi candidatura, en lo que para ellos sería un mal menor frente a la de Maya, es algo que alimentó el propio Asiron en una comparecencia pública el martes 28 de mayo y que duró lo que el “primo de Zumosol” Otegui tardó en llamarle al orden desde fuera de Navarra para aclararle que de eso nada. ¡A ver si Asiron se pensaba que los pactos en EH Bildu que afectan a nuestra ciudad se tomaban desde Pamplona!. Así las cosas, y tras un primer e inusual reconocimiento de Asiron a la evidente labor progresista y en defensa de todo lo que entendemos bueno para Pamplona que también durante este último mandato hemos hecho desde el PSN en Pamplona, el ya exalcalde se dedicó a proferir toda clase de presiones, amenazas y descalificaciones contra el PSN y mi persona, a cuál más falsa y pintoresca, en un intento patético e inútil por hacernos cambiar lo que teníamos inequívocamente claro.
Me cabe la duda de qué parte del triste teatro protagonizado por Asiron desde entonces hasta hoy, es mero postureo para justificar el enorme fracaso del gobierno que lideró (bajada de 14 a 9 concejales que le apoyaron en su investidura), y qué parte es para intentar disimular que en sus manos estuvo la posibilidad de que fuera una socialista la alcaldesa de Pamplona en vez de Maya. No menos preocupante es el tremendo mal perder y la forma en que ha puesto fin a su mandato, aunque ya demostró que tampoco sabía ganar cuando llegó a la alcaldía y haya dejado sobradas muestras de su escaso talante institucional a lo largo de toda la legislatura.
Cabe esperar que, siga o no Asiron al frente de EH Bildu en Pamplona, reflexione el entorno radical abertzale sobre sus déficits democráticos y las asignaturas que aún tiene pendientes de afrontar en torno a la violencia terrorista de ETA y el respeto a la legalidad democrática. E igualmente sería deseable que actitudes totalitarias y antidemocráticas como las vividas a la salida de la constitución del nuevo Ayuntamiento, alentadas desde ese entorno político, se destierren para siempre de las calles de Iruña.
Terminaré haciendo también un llamamiento al alcalde Maya para que huya de las palabras y presiones gruesas en contra del PSN que igualmente ha protagonizado la derecha, y que hoy siguen desatadas a la espera de lo que ocurra en el gobierno foral. Y que se dedique a trabajar en clave local, construyendo consensos y políticas inclusivas que le ayuden a superar su condición de gobierno en minoría y la tentación de protagonizar un Ayuntamiento que, como ha ocurrido con el de Asiron, se dedique a gobernar únicamente para quienes piensan como él".