martes, 14 de octubre de 2014

A PROPÓSITO DE CATALUÑA


En su edición de este lunes 13 de octubre Diario de Navarra publica el siguiente artículo de opinión, suscrito por nuestro compañero Eduardo Vall, que reproducimos a continuación:

"Todo el mundo ejerce, o al menos lo intenta, su derecho a decidir en la vida: desde que nace hasta que muere. Con limitaciones, claro está, pues lo cierto es que nuestro derecho a decidir siempre está condicionado. Generalmente por las circunstancias propias, por las de quien tenemos enfrente o al lado y, claro está -para evitar que esto sea la ley de la jungla o del más fuerte- por la necesaria observancia de la ley. Por eso en un estado de derecho no existe el derecho a decidir de forma indiscriminada. Lo que sí es factible y legítimo, es proponer cambios o reformas desde la observancia legal. Y para eso hay unas instituciones y unos cauces democráticos que, aun con sus imperfecciones y limitaciones, aseguran ese derecho a decidir.

Las aspiraciones colectivas mayoritarias de Cataluña merecen el debido respeto. Quien las quiera minimizar o piense que se diluirán con el mero paso del tiempo, se equivoca. Aunque no parezca razonable que la prioridad política de nadie, máxime en estos duros momentos de crisis, sea un sentimiento colectivo excluyente y que, al decir de la mayoría de expertos, empeoraría las circunstancias económicas y sociales de quienes más padecen los efectos negativos de la crisis en Cataluña. Algo a lo que, cabe añadir, el resto de españoles no podemos permanecer ajenos. No ya porque lo diga la Constitución. Si no por un elemental sentido de responsabilidad política y solidaridad.

En este sentido, parece clara la ilegalidad de la convocatoria hecha por Artur Más para el próximo 9 de noviembre en Cataluña pero también la necesidad de buscar soluciones políticas que ayuden a superar el enorme conflicto creado. Ahora que tanto se cuestiona al Tribunal Constitucional por actuar en uso de sus atribuciones, no debiera olvidarse que fue este Tribunal el que, en su sentencia sobre la reforma del Estatut de Cataluña, recordó a los poderes públicos de Cataluña y de España la necesidad de practicar el diálogo y la cooperación para superar sus desencuentros, algo que los señores Más y Rajoy parecen no haber entendido. Y es que cuanto más tiempo permanezcan ambos dirigentes en sus posturas hieráticas peor. Peor para Cataluña y peor para España. Ciertamente no es fácil que impere la sensatez en momentos de tensión como los actuales, pero ahí está la oferta legal y razonable de los socialistas para que se busque una reforma constitucional que permita seguir conviviendo a todos los catalanes en esta España tan compleja. O en Cataluña se auna el respeto a la ley con la búsqueda de soluciones políticas a un problema que es político y al que hay que buscar una salida legal, o únicamente se  ahondará en la creciente conflictividad en la que algunos parecen sentirse tan cómodos."