Tenso e interminable pleno el celebrado este jueves pasado (más de diez horas de duración). Sendas declaraciones de nuestro Grupo Municipal y de UPN, solicitando la paralización y alternativas a los polémicos cambios lingüísticos y zonales en las escuelas infantiles municipales, han evidenciado el sectarismo y caso omiso que el cuatripartito tiene hacia la ciudadanía pamplonesa que no comparte sus postulados identitarios. Antes se ha dado la aprobación al nuevo reglamento municipal que regula honores, distinciones y normas protocolarias de Pamplona y que ha puesto de manifiesto el estrafalario sentido de la política que tienen los concejales de Aranzadi. También el pleno ha censurado la inacción del equipo de Asirón en relación al solar ocupado por unos chabolistas en el barrio de Santa Mª la Real, con una creciente alarma social y vecinal derivada de las ínfimas condiciones en que los responsables municipales permiten que vivan sus moradores. Además, por fin Bildu ha logrado que el asesinato de Ángel Berrueta, varias veces condenado por el Pleno, tenga un trato municipal preferente cuando la izquierda abertzale ni siquiera ha condenado todavía las acciones terroristas. Y Geroa Bai ha logrado la unanimidad al proponer varias mejoras en las líneas de transporte urbano. Junto a ello, el pleno ha aprobado posicionamientos en contra de la continuidad de la central nuclear de Garoña y del TTIP.
Mención aparte merece lo ocurrido en la parte final del pleno, cuando el cuatripartito ha rechazado una declaración en contra del acoso escolar, en la misma línea y contenido de las que la totalidad de fuerzas políticas está aprobando en otros muchos municipios, por el hecho de venir a iniciativa de nuestro grupo y con aportaciones en forma de enmiendas de UPN. Hecho que ha provocado el enfado y la frustración de los jóvenes representantes de la organización Levántate, que lucha contra dicha lacra y que, presentes en el pleno, veían con impotencia e incredulidad cómo bien entrada la madrugada el llamado gobierno del cambio hacía oídos sordos a sus justas reivindicaciones.
En este contexto, las broncas y los reproches verbales y gestuales han abundado, sobrepasando a un alcalde que, en vez de templar los ánimos, los ha encrespado con un comportamiento prepotente y despreciativo hacia la oposición, que ha culminado con el abandono del pleno de forma precipitada por parte de los ediles de UPN y nuestra protesta verbal.