Ni el final de curso, ni la entrada formal de la estación climática, reflejan tan bien la llegada del verano a nuestra ciudad como lo hacen las fiestas de San Fermín. Si durante el verano pasado hubo que afrontar una decisiva cita electoral, este año afrontamos las fiestas y el verano con la bienintencionada esperanza de que ayuden, si quiera temporalmente, a mitigar la inaguantable crispación política protagonizada por la derecha y la ultraderecha allá donde no gobiernan. Entre tanto, y como siempre, deseamos un buen período estival y unas mejores fiestas: ¡VIVA SAN FERMÍN!, GORA SAN FERMIN!