Un tenso Pleno extraordinario ha aprobado este miércoles los presupuestos y la plantilla orgánica municipal para 2018, en sendos expedientes que se han tramitado de forma tardía, unilateral y opaca por parte del equipo de gobierno, con escasa información y sin ofrecer el menor signo de diálogo o participación a los grupos municipales de la oposición. A pesar de sus constantes críticas a Asiron, nuevamente Aranzadi ha optado por seguir en la poltrona y "votar los presupuestos con la nariz tapada".
"Las cuentas para este año reflejan continuidad, falta de novedades y nula ambición" ha sentenciado nuestra Portavoz Municipal. Para Esporrín "estamos ante un paripé para mantenerse en el sillón, con cuotas de reparto de poder en vez de afrontar los problemas de la ciudad, en donde están reflejados proyectos una y mil veces anunciados y nunca ejecutados pero donde sí quedan a salvo sus intereses clientelares e identitarios". La Portavoz ha explicado y defendido las 32 enmiendas socialistas elaboradas "para paliar las deficiencias en materia social, inversiones en barrios, cultura y participación". El cuatripartito ha reconocido que eran positivas pero atribuyendo su rechazo a las mismas en que "solo hay dinero para atender las propuestas de los grupos que gobiernan". Tal cual. Así las cosas, no han corrido mejor suerte las enmiendas presentadas por UPN.
Parecido debate y mismo resultado se ha producido respecto a la plantilla orgánica que "además de continuista, consolida excesos pasados en áreas como participación ciudadana y servicios sociales o en materia lingüística, con una clara discriminación hacia la inmensa mayoría que no habla euskera", según nuestro compañero Eduardo Vall, que también ha criticado "las continuas externalizaciones a empresas amigas de proyectos que podrían desarrollarse desde la función pública".
Junto a ello, el Pleno ha servido para debatir una declaración socialista denunciando el intento de modificar la Ordenanza Municipal del Euskera "de forma opaca y unilateral, vulnerando su espíritu transversal y de consenso", según ha denunciado Maite Esporrín.
Las obsesiones identitarias y lingüísticas de Asiron y los suyos se han puesta también de manifiesto en sendas declaraciones regionalistas criticando una encuesta municipal para fomentar el uso del euskera en el comercio y rechazando las declaraciones de una consejera vasca del PNV menospreciando el actual ordenamiento institucional de Navarra.
(Foto Diario de Navarra))
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