La obsesión lingüística de Asiron y su equipo de gobierno se traduce ahora en una propuesta de reforma de la actual Ordenanza del Euskera de tono impositivo y absolutamente ajena a la realidad, algo que se puso de manifiesto en el pleno municipal de noviembre pasado. Nuestra Portavoz, Maite Esporrín, denunció "la forma unilateral y sin consenso con que el alcalde Asiron pretende mediante esta Ordenanza imponer el euskera en Pamplona, olvidando que este idioma únicamente es utilizado de forma habitual por menos del 3% de nuestra población". "Esta reforma, de salir adelante, es inaceptable y se volverá en contra del euskera", ha afirmado nuestra compañera, lamentándose del encubrimiento a los postulados nacionalistas, identitarios y excluyentes que consienten los grupos de Aranzadi e IE.
No es el único tema polémico protagonizado por el alcalde Asiron. Su proyecto de OPE también ha encontrado el rechazo mayoritario de la Corporación, a iniciativa de nuestro grupo municipal. Y nuevamente la obsesión lingüística por imponer el euskera, ha concitado la mayoría de críticas a un proyecto que únicamente busca favorecer los intereses políticos del nacionalismo.
En estas circunstancias, con un alcalde debilitado desde la ruptura del cuatripartito, se presenta un final de año complicado para nuestro Ayuntamiento, con el proyecto presupuestario para 2019 pendiente de su tramitación.