¿Pensaba que el acuerdo con Maya iba a durar tan poco?
–Ha sido realmente decepcionante después de la ilusión que pusimos y de ver que el equipo de Gobierno aprobaba todas nuestras enmiendas, lo que no era sencillo. Pensábamos que iban a poner toda la carne en el asador para cumplir el pacto. Para nosotros, para todos los navarros y navarras, la palabra es ley y ellos dieron su palabra. Encima les hicimos firmar un documento donde se reflejaba que estaban de acuerdo con las enmiendas. Ver luego que no cumplían fue decepcionante, especialmente por parte del responsable, que es el alcalde Maya.
¿Cuando empezó a intuir que el acuerdo con Navarra Suma no iba bien?
–Con el proyecto de los Caídos, en junio. Supuso un punto y aparte. De hecho, desde ese momento ya no tuvimos más reuniones de seguimiento del pacto.
¿Tenía acordado con Maya reformar los Caídos?
–Sí, sí, por supuesto. Era una de las enmiendas presupuestarias que habíamos incluido, pero ellos fueron más allá y quisieron meter también la reforma del edificio. Les dijimos con claridad que se tenía que crear una comisión de expertos sobre el edificio para estudiar su resignificación. Nuestra sorpresa fue ver el primer borrador, que ignoraba lo que habíamos dicho. Lo presentaron en la última comisión antes del verano, no sé si pensando que con el calor se nos iba a pasar por alto. Creo que para ellos también supuso un antes y un después, porque no estábamos dispuestos a pasar por alto algo tan sensible como la memoria histórica.
¿Cómo fueron esos 6 meses de buenas relaciones entre los socios presupuestarios?
–A nivel personal la relación nunca ha sido mala. No me gusta llevar estas cuestiones al ámbito personal, pero después de los Caídos llegó enseguida la discrepancia por el proyecto de Sarasate y la pasarela Labrit un poco antes.
¿Entonces ya vio claro que el pacto no tenía futuro?
–Sí. Veíamos que actuaban unilateralmente, más allá de que tampoco habían cumplido con el compromiso de sacar los coches de Pío XII, con lo poco que les costó volver a meterlos, pero para sacarlos había que hacer una serie de proyectos complicadísimos. Fue muy grave.
Como sucede en otros ámbitos, no toda la culpa suele ser de una de las partes. ¿Qué porción es atribuible a los socialistas de que el pacto con Navarra Suma saltara por los aires en tan pocos meses?
–Lo único que podría ser atribuible a nosotros es la ilusión que pusimos en estas enmiendas y pensar que íbamos a hacer cambiar a Navarra Suma. Ahí creo que pecamos de inocencia. Había varios proyectos muy interesantes para Pamplona y pensamos que Navarra Suma se iba a poner de nuestra parte en proyectos de memoria histórica o amabilización. Luego ya vimos que no, que era lo que ellos decían o nada.
No es la primera vez que al PSN le sucede esto con UPN en Pamplona.
–Pues sí. Quizás ese siempre ha sido su estilo: tenderte la mano y después cortártela. Nosotros presentamos las enmiendas en 2021 porque nos lo pidió el partido y porque estábamos en un momento complicado por la pandemia. Salíamos de un confinamiento, con una situación económica y social muy delicada, y entendíamos que al menos teníamos que dar esa oportunidad.
Siguiendo con el símil, sólo se tienen dos manos para que se las puedan cortar por tercera vez.
–No hay opción para un pacto presupuestario y de cara a 2023, en año electoral, sería absurdo. Y a parte de esto hay que decir que la experiencia es muy dura, no me ha quedado ninguna gana de apostar por otro acuerdo presupuestario con Navarra Suma. En acuerdos puntuales podemos coincidir, porque no, como en los proyectos que ya están iniciados, como el parque de Aranzadi o el de la Txantrea, con toda la reurbanización del sur. Ahí vamos a seguir estando, que nadie tenga la menor duda de eso.
Tras lo sucedido en estos meses, ¿le volvería a dar la Alcaldía a Maya?
–Yo no le he dado la Alcaldía a Maya. Quiero recordar que si Maya es alcalde es por ser el candidato de la lista más votada. Me presenté como candidata a la Alcaldía y recibí únicamente los votos de mi grupo. Yo no siento que he dado la Alcaldía a Maya, ni he votado a favor de Maya ni me he abstenido para que fuera el alcalde. La ley es así y da la Alcaldía a la lista más votada.
¿Tuvo la Ejecutiva Regional del PSOE-PSN más interés en llegar a un acuerdo con la derecha en Pamplona que el propio grupo municipal?
–No, creo que el interés fue mutuo por la situación tan crítica que estábamos viviendo. Era la Ejecutiva la que tenía la posibilidad de plantearlo, pero en el grupo también sentíamos esa responsabilidad. Visto lo que ha pasado no ha resultado nada agradable.
Desde fuera sorprendió la frialdad que mantuvieron siendo socios. Excepto al principio, cuando tenían contactos habituales y se veían complicidades, no se puede decir que cuidaran mucho el pacto.
–Por nuestra parte le puedo asegurar que había un interés absoluto de que ese pacto se mantuviera vivo y que saliera adelante. Empezamos muy bien, con la gratuidad de las escuelas infantiles, que era una de nuestras prioridades porque beneficiábamos a mucha familias de Pamplona, unas ochocientas, pero a partir de ahí los proyectos importantes se quedaron en el tintero.
¿Fue un error pactar con Navarra Suma?
–No, había que intentarlo. El error ha sido de ellos, por no haber sido capaces de mantenerlo. Nosotros hicimos lo que había que hacer. Lo volvería a hacer si no tuviera la experiencia que he tenido.
Si esperaban que iba a servir para templar las críticas de Navarra Suma resulta evidente que se equivocaron.
–No lo hicimos por buscar un acercamiento, sino por la ciudadanía, pero en cualquier caso nos preocupa que el alcalde quiera hacer oposición al Gobierno de Navarra desde el Ayuntamiento. Es absurdo y ridículo estar todos los días emplazando a los consejeros y a la presidenta con un tema o con otro.
Pues Maya acaba de enviar una carta a la presidenta para pedir una comisión bilateral. Al parecer, el Ayuntamiento no podrá ofrecer algunos servicios por culpa de la reducción de ingresos.
–Es una alcaldada más. Bastante tiene con ocuparse del Ayuntamiento para que se dedique a otras cosas.
La Carta de Capitalidad se ha convertido en el nuevo mantra de Navarra Suma.
–Como concejala de Pamplona claro que me gustaría que recibiéramos más dinero, pero si todos los grupos del Parlamento, menos Navarra Suma, han acordado cambiar el sistema por otro más justo y solidario con el resto de los municipios tendremos que amoldarnos. Creo que el alcalde Maya mantiene una actitud muy preocupante. Se centra en la reducción por la Carta de Capitalidad, que es de 1,7 millones y no los 6 millones que él dice, en vez de hacerlo en lo que vamos a recibir de los Fondos Europeos. El Ayuntamiento ya ha recibido más de 2 millones de estos fondos para diversos proyectos y van a venir más porque se han presentado más propuestas.
¿Piensa repetir como candidata?
–No estamos en eso y la decisión todavía no se ha tomado. Hay plazos que cumplir y otras cosas que hay que hacer antes, como la renovación de las agrupaciones. Estamos en ese proceso, renovando la agrupación local de Pamplona y ahí sí que voy a optar nuevamente a la secretaría general de la agrupación de Pamplona.
Entonces está claro y le veo con ganas de continuar en la política municipal.
–Sí, sí, por supuesto, cómo no voy a tener ganas. Me siento muy bien, soy consciente de mi edad, pero físicamente me siento estupenda. Tengo muchas ganas de seguir.
Tiene la misma edad que Maya (ambos nacidos en 1959).
–Pues sí, aunque no lo parezca (se ríe con ganas) No sé lo que hará Maya ni si yo estaré aquí.
Vista la edad de los portavoces municipales, hay que concluir que el Ayuntamiento de Pamplona no es el mejor sitio para hacer cantera política.
–Creo que los equipos se tienen que formar con una mezcla de gente joven, que es verdad que tienen más empuje y otra forma de ver las cosas, con la experiencia y la madurez, que es un grado en política. Antes de hacer las cosas hay que pensarlo muy bien y analizar las consecuencias.
Quién sabe si volveremos a ver en 2023 a Maya, Asiron y Esporrín disputándose la Alcaldía, con el permiso de Geroa Bai. ¿Será una repetición de lo sucedido en 2019?
–No lo sabemos. Yo tengo una visión subjetiva, cuando voy por la calle hay personas que me dicen que muy bien y otras todo lo contrario. Pueden ser 10, 20, 30. No creo que sea significativo del voto. Pienso que en los resultados influirá cómo va la situación económica a nivel nacional, de cómo vaya el Gobierno de España liderado por el PSOE o cómo vaya el Gobierno de Navarra. Creo que siempre vamos en el mismo paquete.
Asiron planteó la conveniencia de centrar todos los esfuerzos en buscar una alternativa a la derecha en 2023. ¿Lo ve de la misma forma?
–Como es comprensible, no me gustaría que Navarra Suma repitiese Alcaldía. Ni muchísimo menos. Cuando nosotros nos presentamos es para lograr la Alcaldía y dependerá de los resultados que se den. Pero sí es verdad que EH Bildu tiene que dar algún paso más para poder contar con ellos en un futuro gobierno.
¿Le gustaría cantar 'adiós Maya, adiós'?
–Preferiría no cantar nada y que los números dieran.
¿Se arrepiente del 'agur Asiron' de la última noche electoral?
–Creo que no es lo mejor que he hecho en política, desde luego.
¿Piensan plantear un frente progresista en los 18 meses que restan de legislatura?
–Veremos qué nos presentan y lo valoraremos, pero sí que hablaremos con el resto de los grupos porque nosotros tenemos 5 votos y no pretendemos imponer nuestro criterio. El consenso, lo que debió hacer el equipo de Gobierno, es la única forma de sacar las cosas adelante.