Como al finalizar cada año, queremos trasladar una reflexión centrada en las circunstancias vividas y futuras. A pesar de todos los contratiempos, queda espacio para la esperanza. Ni siquiera todo el dolor y consecuencias negativas producidas por el Covid, la guerra de Ucrania o, más recientemente, el enfrentamiento entre Israel y Palestina, han sido capaces de frenar nuestra lucha por ganar el futuro. Un futuro que debe imponerse a tanto ruido y crispación provocados por quienes se resisten a aceptar o quieren romper unilateralmente las reglas de juego democráticas. Frente a unos y otros, cobran más sentido que nunca los valores de tolerancia y consenso desde una óptica solidaria, justa y progresista. ¡FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO!