A pesar del furioso acoso y derribo desatado desde la derecha y la ultraderecha contra Pedro Sánchez, las elecciones europeas celebradas este domingo en España han arrojado un resultado que desmiente los malos pronósticos para el PSOE que vaticinaba el entorno derechista. Así el PP ha obtenido 22 eurodiputados frente a los 20 de nuestro partido, que mantiene el porcentaje de voto de las pasadas elecciones generales. En clave local, destaca el importante apoyo socialista cosechado en Navarra (primer partido) y en Pamplona (segunda fuerza no lejos del PP).
Feijóo, que aumenta su representación principalmente a costa de absorber a los representantes de Ciudadanos, vuelve a errar al haber planteado en clave plebiscitaria contra Sánchez unas elecciones que, tanto a nivel nacional como europeo, sí que arrojan un preocupante aumento de la ultraderecha. Y es que en Francia, Italia o Austria, la ultraderecha pasa a ser primera fuerza, mientras que en Alemania es segunda. No todo son malas noticias. En Países Bajos la coalición progresista ha vencido a las encuestas y derrotado a la ultraderecha; y en Italia la izquierda obtiene su mejor resultado en años. En España, Vox aumenta diputados, pero pierde fuelle por la aparición del esperpéntico "Se acabó la fiesta", movimiento friki aún más ultra que los de Abascal. Parece, no obstante, que en Europa los grandes partidos buscarán un acuerdo que aísle las aspiraciones antieuropeas ultras y asegure el futuro de la Unión Europea.
Mientras, España permanece a la espera de ver cómo se resuelven cuestiones importantes como el futuro institucional en Cataluña, la puesta en marcha de la Ley de Amnistía, la repercusión interna en los partidos de las elecciones, la evolución judicial de las denuncias ultras contra Sánchez y su entorno, o si cambia el complejo equilibrio institucional actual que ha permitido avances sociales y económicos de gran importancia.