miércoles, 12 de marzo de 2025

TRUMPISMO SIN FLITRO

Si el anterior mandato de Donald Trump ya fue una nefasta experiencia, su nuevo y desenfrenado aterrizaje en la Casa Blanca está superando al peor escenario imaginable. A sus bizarras y déspotas maneras ha unido unos nombramientos y resoluciones que suponen no ya un retroceso democrático y social sin precedentes en la historia de los Estados Unidos, si no una afrenta al orden económico y político mundial establecido. 

A falta de comprobar qué punto de mero postureo o no hay en un presidente que actúa sin rubor como un broker o un abusón de patio de colegio, Europa y el resto de los países democráticos se preparan para lo peor. Así no es de extrañar que quien de momento se sienta encantado con Trump sea Vladimir Putin. Sin obviar la procedencia democrática de Trump frente a la autocrática de Putin, hay coincidencias entre ambos: autoritarismo, desprecio al multilateralismo, nacionalismo exacerbado, fervor imperialista, oligarcas a su servicio y el sustento populista cuando no en partidos neofascistas o filonazis.

Si hasta la invasión de Ucrania, Europa había actuado con tibieza ante el expansionismo ruso, el aparente abandono estadounidense de la política atlantista y la hortodoxia económica, obligan a reaccionar a una Europa que, lastrada por el neopopulismo conservador, está obligada a actuar con más energía y unidad que nunca si quiere salvaguardar su esencia social y democrática.