La reciente muerte de Fidel Castro supone la desaparición de uno de los últimos personajes míticos del siglo XX.
Su lucha revolucionaria contra la dictadura de Batista y su enfrentamiento a los EEUU, le granjearon la simpatía de la izquierda. Castro instauró en Cuba un régimen autoritario y autártico de corte socialista que acabó en la órbita soviética. A la caída del "telón de acero", el régimen castrista no supo evolucionar, a pesar de unas tímidas aperturas políticas y económicas. En los últimos años, la figura de Castro ha sido un referente para los nuevos regímenes caudillistas de corte izquierdista de Iberoamérica. Su muerte debiera servir para acelerar la necesaria apertura democrática de la isla caribeña.