Con la llegada del período navideño y el fin de año, se impone reflexionar y hacer el oportuno balance a un año convulso y difícil. Un año en el que hemos comenzado a superar las perores consecuencias del Covid pero que, lamentablemente, ha estado condicionado por la invasión rusa de Ucrania. Sus dramáticas consecuencias humanas se han visto agravadas por la convulsión económica que tan injusta guerra está provocando. En estas condiciones, y al igual que ocurrió con la pandemia y en la anterior crisis económica, se visibiliza más que nunca cómo hay maneras distintas de afrontar las crisis: una más egoísta, economicista e insolidaria, en donde sus efectos negativos se reparten entre toda la población, perjudicando gravemente a las personas más desfavorecidas y a las clases medias; y otra más solidaria e intervencionista en aras a proteger y ayudar a quienes más lo necesitan, sin dejar a nadie atrás. En esto último es en lo que vienen trabajando los gobiernos progresistas, algo que digiere muy mal el poder económico, político y mediático vinculado a la derecha.
No queda si no trabajar y resistir ante cualquier intento de merma de los servicios públicos y defender las políticas que abogan por la justicia social, la igualdad, la libertad y la solidaridad. Tanto más con la perspectiva electoral que en breve afrontaremos. Desde estas convicciones os deseamos ¡FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO!