Como cada 14 de abril desde 1931, los socialistas españoles recordamos la proclamación de la Segunda República Española. Y lo hacemos con orgullo, recordando cómo durante dicho régimen se abrió por vez primera en España un auténtico período democrático en el se pusieron en práctica valores políticos y sociales en libertad.
Con la República se avanzó, además, en la consecución de valores cívicos y en la igualdad efectiva de las personas, con importantes avances en políticas sociales, educativas y de infraestructuras en las que los socialistas tuvimos un singular protagonismo positivo que ni los más furibundos revisionistas de derechas, hoy en día tan en boga, se atreven a cuestionar.
La República, que como todo buen regimen democrático que se precie gozó de alternancia en el poder entre la derecha y la izquierda, no fue ajena al convulso momento político que atravesaba la política europea y, finalmente, acabó a manos de los generales golpistas que, encabezados por Franco, Mola y Sanjurjo, provocaron la trágica guerra civil que nuestros mayores sufrieron y la posterior dictadura que duró hasta 1975.
Por eso su aniversario es también un inmejorable motivo para reconocer a todas las personas represaliadas, muertas y asesinadas por permancer leales a la legalidad democrática republicana.