Desde que el Covid-19 irrumpió en el mundo, los responsables políticos han tenido que actuar en función de la incidencia del virus en sus ámbitos, sopesando la realidad y consecuencias sanitarias y económicas de las acciones a implementar, a partir de un conocimiento limitado y cambiante sobre su evolución. En términos generales, ha imperado un criterio político responsable que, con los matices propios de cada territorio, ha basado sus decisiones en los informes y consejos que los expertos han ido ofreciendo. No obstante, han existido clamorosas excepciones, protagonizadas por dirigentes populistas que han menospreciado la pandemia, aunque la realidad tozuda del virus les ha dejado en evidencia.
En España, en donde la mayor parte de la sociedad ha mantenido un comportamiento comprensivo y responsable con las decisiones gubernamentales adoptadas en los distintos ámbitos, la distorsión social la han protagonizado quienes se han negado a seguir las recomendaciones y normas sanitarias, contribuyendo a los repuntes de la pandemia que estamos padeciendo. Y en cuanto al ámbito político, es inevitable hacer una mención crítica al papel adoptado por la derecha. Al margen del estrambótico papel desempeñado por Isabel Ayuso en Madrid, llama la atención la irresponsabilidad con que el Partido Popular está ejerciendo su labor de oposición. Si bien sus terminales mediáticos ya se lanzaron a la yugular del gobierno socialista desde el minuto uno de la pandemia, es alarmante la progresiva radicalización de un Pablo Casado, anclado en postulados extremos que bordean o rebasan el ámbito institucional democrático. Algo que está siendo secundado peligrosamente por Navarra Suma, no solo en su política de oposición a Sánchez en el ámbito nacional, sino también en Navarra, cuestionando la lucha sanitaria para erosionar al gobierno de María Chivite. Contrasta esta actitud, con la labor de apoyo responsable que el PSN está brindando a Enrique Maya en Pamplona, en sus medidas municipales contra el Covid-19.
Precisamente, la más que preocupante situación epidemiológica de Navarra, ha llevado al gobierno foral a adoptar medidas excepcionales que, a partir de este jueves, implicarán el cierre perimetral de nuestra Comunidad, la limitación de reuniones sociales al ámbito convivencial, el cierre de los establecimientos de hostelería, o el fin de todas las actividades comerciales, culturales o deportivas a partir de las 21h.