jueves, 24 de octubre de 2019

44 AÑOS DESPUÉS

 

Han tenido que transcurrir 44 años de la muerte del general Franco para que su cadáver deje de ocupar el inmerecido lugar de honor que hasta la fecha ha tenido en el Valle de los Caídos. Tras lograr el aval del poder legislativo, del ejecutivo y del judicial, este jueves 24 de octubre se ha procedido a la inhumación del cadáver de quien encabezó el golpe de estado de julio de 1936, que dio lugar a nuestra sangrienta guerra civil y a la larga dictadura que duró hasta su muerte el 20 de noviembre de 1975. El cadáver de Franco, permanecerá en al cementerio de Mingorrubio, en el Pardo.
 
Todo este largo proceso, se ha hecho con el respeto y la dignidad que el dictador no tuvo en vida con las miles de personas muertas, asesinadas y represaliadas por oponerse a su golpe y posterior dictadura, sin olvidar  que decenas de miles de ellas aún yacen en cunetas y parajes desconocidos por toda España sin recibir digna sepultura.
 
Resulta por ello tan injusto como enojoso no ya el revisionismo y la añoranza de su figura que algunas personas nostálgicas de su régimen aún mantienen, sino las críticas políticas que está padeciendo el ejecutivo socialista por adoptar una medida tan largamente esperada.  Como bien ha manifestado Pedro Sánchez, con esta exhumación la democracia española avanza en su camino de  reconciliación, memoria, dignidad, justicia y reparación emprendido en nuestra transición y que tuvo un impulso fundamental con la Ley de Memoria Histórica aprobada bajo el mandato de José Luis Rodríguez Zapatero.