miércoles, 28 de marzo de 2012

ANTE EL PRÓXIMO CONGRESO REGIONAL DEL PSN-PSOE


El pasado sábado 24 de marzo, Diario de Noticias publicaba bajo el título "Ante el próximo Congreso Regional del PSN-PSOE" el siguiente artículo de opinión que suscribía nuestro Secretario General, Eduardo Vall, que reproducimos a continuación:

"Tras la elección de Alfredo Pérez Rubalcaba como nuevo líder socialista, el PSN-PSOE afronta el proceso interno que decidirá los principios y las personas que deben regir nuestra organización durante los próximos años. No hace falta incidir en las complejas circunstancias que atraviesa la socialdemocracia, al igual que el conjunto de la izquierda, en estos tiempos de crisis e incertidumbre. Los últimos resultados electorales hablan bien a las claras de la creciente desafección y desconfianza que el PSOE concita en buena parte de su electorado. En Navarra, el Partido Socialista ve aumentada esta desconfianza merced, además de los errores propios, al fuerte pinzamiento político y social que se vive en Navarra, una comunidad diversa y compleja, en donde una parte nada desdeñable del electorado parece dar prioridad a opciones políticas de fuerte componente identitario.

En estas circunstancias, los socialistas navarros hicimos una apuesta arriesgada al decidir entrar a formar parte del Gobierno regional de manera conjunta con UPN. La ruptura de los regionalistas con el Partido Popular facilitó la operación. La crisis, la necesidad de dotar de estabilidad a nuestra comunidad y la creencia de que nuestra presencia en el Ejecutivo foral serviría para preservar las políticas sociales y condicionar las políticas conservadoras que se presumían a Yolanda Barcina, concitaron el apoyo a esta opción de la mayoría del partido. No obstante, hoy es el día en que una parte de la militancia y de nuestros votantes cuestionan la presencia del PSN en el Gobierno de Navarra.

Sería injusto negar el esfuerzo y el trabajo que nuestro partido está llevando a cabo en el Gobierno. Se pueden haber cometido errores, pero no debemos minimizar algunas propuestas novedosas en cuestiones de participación y transparencia, o los esfuerzos desarrollados para preservar aspectos esenciales de nuestro estado del bienestar. Ocurre, sin embargo, que la magnitud de la crisis, la necesidad de proceder a recortes y adoptar medidas impopulares, hacen que el creciente descontento social no se pare a escudriñar los aspectos y circunstancias concretas y juzgue y tire por elevación a la hora de criticar al Ejecutivo foral y, en consecuencia, a nuestro partido en tanto integrante del mismo.

Tampoco ha ayudado para nada la actitud de acercamiento que UPN y Yolanda Barcina han tenido hacia el PP y sus políticas regresivas desde el minuto primero de alcanzar un acuerdo con nuestro partido. El hecho de que el acuerdo institucional nada reflejara al respecto, no justifica la siempre interesada y desleal actitud con que actúa la presidenta de UPN cuando así lo cree conveniente para sus intereses electorales. Así las cosas, nuestro partido debe tomar buena nota y reflexionar seria y serenamente sobre la viabilidad y oportunidad de un pacto que tan poco entusiasmo parece concitar y que tanto nos condiciona.

En este mismo sentido, los socialistas navarros debemos analizar los cambios sociales y políticos que están mermando nuestro apoyo electoral, algo especialmente preocupante en lo referido al voto joven y urbano, sobre todo en lo que hace a Pamplona y su Comarca.

En las pasadas elecciones municipales, el PSN-PSOE obtuvo en la capital navarra únicamente tres concejales. En esas circunstancias, y con unos condicionantes institucionales que no permitieron articular una alternativa a UPN, los socialistas optamos por llevar a cabo una labor de oposición municipal más nítida, rechazando alcanzar un acuerdo institucional con UPN. Algo que, dado el escaso talante con que los regionalistas han asumido su condición de gobierno municipal en minoría y los incumplimientos que han tenido con relación a acuerdos anteriormente alcanzados con nuestro partido, se ha revelado como una estrategia acertada. Junto a ello, es evidente que el PSN-PSOE debe reafirmar su carácter municipalista con políticas marcadamente progresistas en las que el diálogo y la interlocución con la ciudadanía y las distintas asociaciones y colectivos, la participación ciudadana, la defensa de las políticas sociales y la de las personas y las zonas urbanas más desfavorecidas, sean nuestra seña de identidad. En este ámbito, el PSN-PSOE no debe tener más condicionante institucional que la defensa de políticas de izquierda que ayuden al mejor desarrollo de nuestros pueblos y ciudades.

Finalmente, es necesario que quien lidere nuestro partido lo haga configurando una dirección de fuerte peso político, unitaria e integradora, colegiada y firme, que esté en las mejores condiciones de abordar los difíciles retos orgánicos e institucionales que el PSN-PSOE precisa. Solo así podremos encarar nuestro futuro con garantías".